La historia ocurrió hace algún tiempo, cerca del pantano de Alarcón, en Cuenca.
Un hombre estaba parado a la orilla de la carretera a medianoche haciendo autostop, mientras estaba cayendo una tormenta tremenda.
Pasó un tiempo pero nadie se paraba para llevarlo. La tormenta era tan fuerte que apenas si se alcanzaba a ver a unos 3 metros de distancia.
De repente, vio como un coche con las luces apagadas se acercaba lentamente y al final se detuvo frente a él..
El hombre sin dudarlo, por lo precario de su situación, se sube al coche y cierra la puerta.
Mira hacia el asiento de al lado y se da cuenta con asombro de que nadie va conduciendo el coche.
Asustado, comienza a rezar e implorar por su salvación al advertir su trágico destino.
Aún no ha terminado de salir de su espanto cuando, justo antes de llegar a la curva, aparece una mano tenebrosa por la ventana del chofer y mueve el volante lentamente pero con firmeza.
Paralizado por el terror y sin aliento, medio cierra los ojos y se aferra con todas sus fuerzas al asiento; inmóvil e impotente ve cómo sucedía lo mismo en cada curva del oscuro camino, y los quejidos y jadeos aumentaban en cada momento, lo que le provocaba tal espanto que cada vez se acurrucaba más en el asiento.
De pronto escucha unas voces jadeantes que le dicen... - No te escondas, que te vemos,.... ¿por qué te escondes?
Totalmente helado por el pánico, tras varios segundos sin atreverse a contestar, y ante la insistencia de las voces que le repetían lo mismo una y otra vez, responde... - Por favor no me hagáis nada!, ¡Por favor.... no!
- ¿Qué no te hagamos nada Hijo de Puta?, como no salgas del coche y empujes como los demás, te vamos a inflar a patadas ¡¡¡ MAMÓN !!!
martes, 4 de marzo de 2008
Una historia para no dormir...
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