Un hombre se sube a un avión en el aeropuerto de la ciudad de México con destino a New York, y al sentarse descubre a una mujer guapísima que va entrando al avión. Se da cuenta que se dirige hacia su asiento y,… ¡lotería! se sienta a su lado. De inmediato, él inicia una conversación:
—Hola. ¿Viaje de negocios o de placer?
Ella lo miró y le respondió, de manera encantadora:
—De trabajo. Voy a la Convención Anual de Ninfómanas.
El hombre tragó en seco, pues no podía creerse que una de las mujeres más hermosas que había visto en su vida estuviera sentada a su lado en un avión y yendo a una convención de ninfómanas.
Esforzándose por disimular sus emociones, el tipo preguntó:
—¿Y que hará usted exactamente en esta convención?
—Soy conferencista. Hablaré, desde mi experiencia, contra muchos mitos sobre la sexualidad.
—¿De veras? ¿Y qué mitos son ésos?
-Bueno, uno muy popular es que los afro-americanos son los hombres mejor dotados físicamente, cuando en realidad son los indios navajos los que poseen esta cualidad.
Otro mito muy popular es que los franceses son los mejores amantes, cuando en realidad son los de ascendencia griega.
Y también hemos comprobado que los mejores amantes, en potencia y en todas las categorías, son de origen español.
De pronto la mujer, visiblemente incómoda y sonrojada, dijo,
—Perdón, en realidad no debería estar hablando de todo esto con usted, cuando ni siquiera se su nombre.
El hombre respondió:
—Me llamo Pluma Blanca, Pluma Blanca Papadópoulos Pérez, pero mis amigos me dicen Manolo.
Este sí que es bueno. Me acordé del que sus amigos le llamaban Isabel. Hay que ser rápido para inventarte un nombre en "ciertas ocasiones".
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