- Padre, he pecado. Anduve con una mujer de vida ligera.
El cura le pregunta:
- Eres tu, ¿no? Jaimito.
- Si, padre, soy yo.
- Y con quien estuviste?
- No padre, se dice el pecado pero no el pecador.
- Mira, Jaimito, tarde o temprano me voy a enterar, así que mas vale que me lo digas ahora.
- ¿Era Teresa García?
- Mis labios están sellados.
- ¿Era Patricia Rodríguez?
- Jamás lo sabrá.
- ¿Era Mara González?
- No diré nada.
- ¿Era Maribel Sánchez?
- Padre, no insista.
- ¿Era Karina Otero?
- Padre, esto no tiene sentido.
El cura chasquea los labios con exasperación y dice:
- Eres un cabeza dura, Jaimito, y en el fondo de mi corazón admiro tu reserva, pero has pecado y debes tener tu castigo: Veinte Padre Nuestros y diez Ave Marías.
- Ve con Dios, hijo.
Jaimito vuelve a sentarse en uno de los bancos de la iglesia.
Su amigo Pascualito se desliza hacia él y le dice:
- Qué... ¿resultó?
- Si, tengo cinco nombres de todas las que follan...
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