lunes, 4 de febrero de 2008

¡¡ Objetivos !!

Había una vez, en un pueblo, dos hombres que se llamaban Joaquín García... uno era sacerdote y el otro era taxista. Quiere el destino que los dos mueran el mismo día y llegan al cielo donde los espera San Pedro.- ¿Nombre? pregunta San Pedro al primero.- Joaquín García.- ¿El sacerdote?- No, no, el taxista.San Pedro consulta su plantilla y dice:- Bueno, hijo mío, te has ganado el paraíso. Te corresponde esta túnica de seda con bordados de oro y esta vara de platino con incrustaciones de rubíes. Puedes entrar...- ¡Gracias! ¡Gracias! dice el taxista. Pasan dos o tres personas más hasta que le toca el turno al otro.- ¿Nombre?- Joaquín García.- ¿El sacerdote?- Sí.- Muy bien, hijo mío, te has ganado el paraíso. Te corresponde esta bata de lino y esta vara de roble con incrustaciones de granito. El sacerdote dice:- Perdón, no es por desmerecer, pero... debe de haber un error. ¡Yo soy Joaquín García, el sacerdote! Sí, hijo mío, y te has ganado el paraíso. Te corresponde la bata de lino...- ¡No! ¡No puede ser! Yo conozco al otro señor, vivía en mi pueblo, era taxista, ¡un desastre de taxista! Se subía alas veredas, chocaba todos los días, ¡una vez se estrelló contra una casa! Conducía fatal, tiraba los postes del alumbrado, se llevaba todo por delante... Y yo me pasé setenta y cinco años de mi vida predicando todos los Domingos en la parroquia, ¿Cómo puede ser que a él le den la túnica con bordados de oro y la vara de platino y a mí esto? ¡Tiene que ser un error!- No, no es ningún error dice San Pedro-. Lo que pasa es que aquí, en el cielo, nos hemos acostumbrado a hacer evaluaciones como las que hacéis vosotros en vuestra vida terrenal.¿Cómo? No entiendo. - Claro... ahora nos manejamos por resultados... Mira, te lo voy a explicar en tu caso y lo entenderás enseguida: durante los últimos veinticinco años cada vez que tú predicabas, la gente dormía; pero cada vez que él conducía, la gente rezaba... Objetivos! ¡Ob-je-ti-vos! ¿Lo entiendes ahora?

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